martes, diciembre 05, 2006

Por la gracia de dios.

Pinochet se está muriendo, en la cama. Me encuentro ante una encrucijada sentimental. No sé si sentir lástima o sentir alegría. La lástima que sentirían sus familiares o la alegría que sentirían sus víctimas, esas que cohabitan, muy a su pesar, con el dictador y que posiblemente vean al asesino de sus hijos enterrado o incinerado con honores de jefe de estado. Jefatura que, no hay que olvidar, alcanzó el 11 de septiembre de 1973 por la fuerza y, como en casi todos estos casos, "por la gracia de dios".
Es curioso que para hacer el bien no sea imprescindible tener presente a dios y sin embargo, para hacer el mal muchos se escuden detrás de él buscando incluso, su bendición. La historia está plagada de barbaridades hechas en nombre de dios, de cualquier dios.
¡Por la gracia de dios!. ¡Por dios!, con lo gracioso que es alcanzar el poder "por la gracia de las urnas". Si no que se lo digan a Hugo Chávez que fue golpista en su día y hoy arrasa en las elecciones presidenciales de su país, aunque, bien es cierto que podríamos decir que éste lo hizo y lo hace "por la gracia de la revolución".
Revolución que sirve de sustento y parapeto al también moribundo y, también dictador, Fidel Castro.
Así que, queridos amigos, me he propuesto desconfiar de los "políticos" más religiosos y también de los más revolucionarios. Y en cuanto a la encrucijada inicial he decidido alegrarme, porque seguro que son más las personas que en su día sufrieron y hoy se alegran, que las que hoy sienten lástima por este señor que se muere casi a los 90 años, en la cama.

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