jueves, diciembre 21, 2006

37

Llevo días sin publicar. En parte, porque la autoexigencia de escribir al menos dos entradas por semana me ha provocado estrés, y necesitaba un descanso. Estaba empezando a escribir tonterías, lo que no significa que después de este periodo de asueto no siga escribiéndolas.
Otro motivo ha sido hacer coincidir la entrada número 37 de este blog con mi 37 cumpleaños.
Sí, hoy cumplo 37, aunque al mirarme al espejo no veo a un hombre de 37. Pensaba que una persona de 37 tendría un aspecto distinto, como de más mayor. En el reflejo solo veo a un niño.
No recuerdo cuándo pasé de niño a adulto. Supongo que no hay frontera. Cuando realmente era niño, todos los hombres parecían tener 37, es decir, parecían mayores. Así que soy mayor.
Estoy dejando los treinta y tantos para adentrarme, dentro de poco, en los cuarenta y tantos. Soy materialmente autónomo, pero sentimentalmente dependiente. Lo uno me tranquiliza y lo otro me ayuda a vivir, a sentirme niño siendo mayor.
Serán los últimos 37, igual que fueron los últimos 36, y los últimos 35... Quiero soplar las 37 velas de una tarta imaginaria ahora que sé el deseo que quiero pedir. Quizás luego, al apagar las otras 37 velas, las de la tarta de verdad, no se me ocurra ninguno, como siempre.
Cierro los ojos, soplo y: me gustaría pasar los próximos 37 años como el año 37. No pido más, pero tampoco pido menos.
Adiós 37. Bienvenido 38.

No hay comentarios: