lunes, noviembre 06, 2006

La muerte tenía un precio.

Estados Unidos, país democrático donde los haya, se mueve en las urnas a base de bombazos o ejecuciones sumarísimas. Y me explico. Parece ser que en este país está mal visto perdonar la vida a un ajusticiado a muerte. Si un gobernador tiene la tentación de indultar a un condenado a muerte, en seguida las estadísticas le hacen recapacitar y dar marcha atrás. Su puesto de gobernador está en juego. Matar a una persona da votos.
Cuando se asciende en la escala de poder, de gobernador a presidente, también tiene que aumentar la importancia del magnicidio. Si no se puede ejecutar a una persona de la importancia que el cargo de presidente requiere, entonces se aumenta el número de muertos. Lo que se hace es atacar a paises de los llamados enemigos. Basta con encontrar o inventarse la excusa necesaria para bombardear a inocentes o culpables. Por lo general mueren más inocentes que culpables, pero eso son daños colaterales.
Ante estos hechos la sociedad americana reacciona, arrastrada por su "hipernacionalismo", reeligiendo al patriótico presidente.
Están próximas las elecciones al senado. Me preguntaba que ficha moverían los "mandamases". La respuesta no ha tardado en llegar. Como agua de mayo llega la condena a muerte de Sadam (enemigo público número uno de la nación americana). Le colgarán del cuello para que muera sacando la lengua en grotesco gesto.
Seguro que alguno me acusa de vehemente, de antiamericano, incluso de partidario de Sadam (que desfachatez). Se equivocan. Solo estoy en contra de las guerras injustificadas y de la pena de muerte.

1 comentario:

Gil Mtz dijo...

De acuerdo, no se necesita ser partidario de Saddam para ver que lo que hacen esta mal.

El juego político de USA es un verdadero peligro para el resto del mundo.

Saludos.