miércoles, octubre 04, 2006

El que se fue a Sevilla perdió su silla.

"Cuatro gatos" le quitan al presidente ZP su escaño, graban un video y lo cuelgan en Internet. Al final se trataba de un anuncio publicitario para promocionar la campaña de Naciones Unidas "Campaña del Milenio", con la que pretenden ponernos a todos en pie contra el hambre el próximo 16 de octubre.
En el congreso de los diputados se han enfadado mucho. Sobre todo su presidente, que ha puesto el caso en manos de la fiscalía. Por lo visto alguien dejó pasar a "cuatro gatos" para hacer la grabación. ¿Cómo es tan fácil entrar en El Congreso de los Diputados?
¡Oh Dios mío, cómo es posible! Esa santa institución está en peligro. Hay que hacer algo. De momento "crucifiquemos" a alguien. Por ejemplo al funcionario que permitió tal "atrocidad."
Este es un mundo en el que la única forma de llamar la atención es haciendo algo así.
Ha provocado en mí una sonrisa, que no es poco. Pero lo más importante es que me ha hecho recapacitar sobre el mensaje. Miles de personas, entre las que se encuentran miles de niños, mueren de hambre diariamente en el mundo.
¿No debería enfadarnos esto más?
¿No debería "crucificarse" a los responsables de que se ponga fin a esta atrocidad, por no hacerlo?
¿No son responsables de ello los políticos?
¿No somos responsables todos por no exigir a nuestros políticos que pongan fin a esta hambruna?

1 comentario:

Crónicas Anacrónicas dijo...

Creo que esta campaña sólo ha beneficiado a la empresa publicitaria que ha realizado este vídeo. La mayoría de las personas que visitaron youtube sólo tenían la intención de observar cómo robaban el escaño, pero sin ningún tipo de preocupación por la campaña “Levántate contra la pobreza”. Hagan una prueba: pregunten a las personas de su entorno qué información tienen al respecto. Seguro que ninguna. Tengo vergüenza ajena de todas estas personas (incluidos periodistas, blogueros, tertulianos, etc..) que sólo se preocupan del morbo que supone robar un escaño y no del verdadero fin de la campaña.. Pero es de esperar en un país donde la gran mayoría de sus habitantes se pasan horas y horas descerebrandose con Pantojas, Aquí hay Tomate, pasarelas de moda, y otros cuentos. Lamentable.