lunes, octubre 30, 2006

Ladrillazos.

Propongo a los académicos de la lengua que introduzcan en el diccionario la palabra ladrillazo para designar los casos de corrupción urbanística, dejando el térmico de pelotazo urbanístico solo para designar aquellos casos de corrupción donde se encuentre involucrado un constructor metido a directivo de club de fútbol.
Raro es el día en el que no nos despertamos con un escándalo urbanístico.
Familiares de concejales o alcaldes que compran terrenos por dos duros para que al poco tiempo sean recalificados, convirtiéndose en millonarios de la noche a la mañana. Pinares arrasados con el beneplácito de las autoridades locales e incluso estatales. Casas de mierda que se agrietan a los dos días de comprarlas. Ciudadanos hipotecados indefensos ante la connivencia de constructores y políticos. En fin, un largo etcétera de ladrillazos.

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